domingo, 19 de julio de 2015

LA MUERTE DEL HOMBRE

Es otra vez de noche
y en general
la casa duerme.
Una voz en la radio
dice últimas palabras.
Me entretengo con el humo
y me ocurren mil fantasías
y ninguna tiene que ver
con recostarme
tranquilamente en la cama
y dormir.
Entre tantos papeles
terminaré siendo un escritor
y fijo mi mirada en la lejanía
y dejo que la historia del hombre
irrumpa
con la violencia de su sino
mi noche.
Enciendo cigarrillos a mansalva
uno detrás de otro como si fueran
centelleantes granadas contra los opresores.
Desde hace millones de años
el hombre vive de rodillas.
Las granadas estallan en mi rostro.
Primitivas presencias
pueblan mi noche de salvajes ritos.
Ceremonias donde la muerte
siempre es una canción
sublime y misteriosa.
Bestias indomables
semejantes al hombre
por la torpeza
de sus movimientos
danzan a mi alrededor
iracundos
silvestres.
En un mal castellano
me dicen que su jefe
quiere charlar conmigo.
Sentado en mi cama escribiendo
pido que dejen de rugir tambores
que cese la danza
que me dejen escribir este poema.
El hombre tiene hambre y sed desde milenios.
Somos ese hombre hambriento y sediento poeta
cantad con nosotros:
Venimos de la Mesopotamia
y del Caribe
y buscando la perfección hemos llegado
hasta los mundos que se esconden
por encima del cielo
y no hemos encontrado nada.
Siempre hay un hombre que tiene hambre.
Siempre hay un hombre que se muere de sed.
Aquí mismo poeta
en tu casa
anidan el opresor y el oprimido.
Sentado sobre mi cama escribiendo
les digo a los salvajes
que ya es noche tarde
que por favor dejen de danzar
que necesito
hundirme entre las letras
mi hambre
mi única sed.
Dejaron de danzar
y el que se destacaba
por su tremenda humanidad
me fulminó con su mirada.
¿Quién es más cruel?
Poeta
¿Quién más salvaje?
El que muere peleando
por un trozo de pan
o el que no muere nunca.
Quién producirá el exterminio
poeta.
Mis armas o tus versos.
Y ahora poeta deja la pluma
echa a andar y piensa.
Sentado sobre mi cama
escribiendo
le digo al salvaje
que no quiero irme de mi pieza
y que siempre supe que pensar
no era necesario y que deseo
es la última vez que se lo digo
seguir escribiendo este poema.
Antes de continuar me detengo
en la inteligencia del salvaje:
habla bien y mientras habla
deja escapar entre las palabras
el aliento
para que todo suene vital
desgarrador.
Yo soy el hombre
grita la bestia encadenada
y tú poeta ¿eres el hombre?
Escribir para quién
dónde los amigos
y dónde los enemigos.
Dime poeta
¿tu canto
necesita del futuro
para ser?
Ese poema que escribes
contra todo
a quién le servirá.
A ver poeta un verso
que me diga ahora mismo
¿qué es el hombre?
Sentado sobre mi cama escribiendo
me doy cuenta
que la inteligencia del salvaje
terminará quemando
todos mis papeles escritos
en esa hoguera
que fueron construyendo
a mi alrededor
sus palabras.
Dejo de escribir
lo miro fijamente a los ojos
y murmuro sus propias palabras
en un solo verso un hombre
en un solo verso un hombre
y me decido a escribir ese verso.
Sostengo con mi mirada
la mirada del salvaje
y con rápidos movimientos
tomo la ametralladora
y disparo varias ráfagas
sobre el cuerpo del salvaje
que con los ojos desorbitados
por el asombro
cae
para morir y desaparecer.
Sentado sobre mi cama escribo ahora
con la seguridad
de quien ha llegado a la cima:
Un poeta asesinó su hombre
para escribir este poema
y eso
es un hombre.

MIGUEL OSCAR MENASSA

martes, 7 de julio de 2015

PSICOANÁLISIS Y POESÍA 

 “Quien posee Ciencia y Arte, también tiene religión, quien no posee una ni otra, tenga religión” (Goethe)

Intentar lo poético es siempre una idea descabellada y absurda, lograrlo es siempre algo más que una casualidad.
No lo que entra en la boca contamina al hombre, pero lo que sale de la boca, del corazón sale, y esto si contamina al Hombre.
El hombre está más cerca de sí mismo en su ser, que en su imagen en el espejo. En cada uno hay algo que se ama más aún que a su propia imagen.
La verdad no se descubre, se inventa, y eso es el saber.
Vivir es siempre una pasión contra uno mismo.
Un hombre, una mujer, son el borde de un abismo todavía prohibido.
Lo que interrumpe al principio del placer, según Freud, es la ausencia de la satisfacción esperada, que impele al psiquismo a representar las constelaciones reales del mundo exterior, adaptándose a él.
Lo importante es idear una vida que luego pueda ser vivida.
¡Cuántas veces me torturé a mi mismo! Quería ser el mejor en todo. Terminé queriendo fracasar mejor que nadie y casi lo consigo, de no ser porque la angustia me señalaba errores, hubiese sido ciego hasta la muerte.
Antes de que ocurra un encuentro del sujeto con el mundo, puede ocurrir un encuentro del sujeto con el ser. El ser y el mundo, pueden encontrarse sin necesidad del sujeto. El sujeto aunque ocurra en su propio cuerpo, nunca se entera de esos encuentros. Hay algo en él que no ve nada. Su “yo quiero ser eso” le impide toda otra visión
Un pobre hombre que es capaz de encontrar pobreza en un gran amor, en verdad merece la pobreza.
Cambiar de vida querrá decir comenzar a encontrarme con lo bello, con la cara llena de la vida.
“Comenzaré por vivir”. NO, dijo la voz, comenzarás por cambiar.
El neurótico no puede gozar, porque su libido no se halla unida a ningún objeto real.
El neurótico no puede trabajar, porque se halla obligado a gastar toda su energía, en mantener su libido ligada a fantasmas.
Un tiempo donde todo se destruye, puede ser también un buen momento para cambiar.

(continuará)

El Tiempo...


Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Aprendes que el amor no significa acostarse, y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender… Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes… y los futuros tienen forma de caerse por la mitad. Y uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol puede quemar. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende… y así cada día. Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos y sin pretender cambiarte puede brindarte toda la felicidad. Con el tiempo aprendes que si estás con una persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados y quien no lucha por ellos, tarde o temprano, se verá rodeado sólo de falsas amistades. Aprendes que las palabras dichas en momentos de ira siguen hiriendo durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es atributo sólo de almas grandes. Comprendes que si has herido a un amigo duramente es muy probable que la amistad nunca sea igual. Te das cuenta que aún siendo feliz con tus amigos, lloras por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida, con cada persona, es irrepetible. Te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios. Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el sendero del mañana no existe. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen, ocasiona que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás a los que se marcharon. Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba, ya no tiene sentido. No esperes a que sea tarde desafortunadamente... El tiempo no regresa.