ADICCIONES – ALCOHOLISMO
“…Nunca te olvides, las palabras que yo digo
significan lo que yo les ordeno que signifiquen
¿Y si no te obedecen?
-
Cuando regresan, no les permito
que entren a mi casa.” - Lewis Carrol
“Un
hombre que paga un alto precio por ser Dios por un rato, despierta a otra
existencia, una inocencia siempre culpable en lo social”
Frente al desconocimiento, todas las
acciones de prevención o cura, estimulan la rebeldía y el consumo tiende a
aumentar. Cualquier tratamiento destinado a abandonar el consumo, va al
fracaso. Todos los llamados especialistas desconocen la causa del consumo. No
hay una idea clara de los procesos inconscientes de la mente humana.
“La
psiquis del hombre es extensa”.
Una de las funciones más importantes del
tratamiento psicoanalítico es la de liberar a las personas de la personalidad
que fue creada por condicionamiento. El hombre tiene un ser que debe hacerse a
sí mismo. Falta mucho como para que los hombres piensen sobre la esencia del
obrar en forma suficientemente decidida.
“Para
pelear con algo hay que conocerlo”.
La sociedad tiene una representación
mental, una especie de ordenador que yerra, por lo tanto, sepámoslo, en la
posición del saber están todos los ignorantes, un peligro que recae sobre la
esencia del hombre. Al psicoanálisis, sólo le interesa mostrarle a un hombre lo
que padece por querer ser lo que no es. Venir al encuentro de sí mismo, donde
puede ver el fenómeno originario del futuro, que nada tiene que ver con un
ahora que sucede más tarde, sino que caracteriza aquel medio en que es posible
anticiparse a sí mismo.
Sabemos que vivir es siempre una pasión
contra uno mismo, por lo tanto en estos casos habrá que detenerse,
interrumpirse a sí mismo y a sus actos, sentimientos, pensamientos, etc.etc.
volver a armar, usar las propias verdades que seguramente hasta el momento
donde el paciente consulta (ya sea porque decidió o porque decidieron, son
desconocidas.
Empezar de nuevo es casi una tarea
diaria para cualquier adicto, se trate de la vida o de la muerte.
Cuando el
alcohol se tornó en su enfermedad, se transformó en un ser desesperado,
aislado, desconocido hasta para él mismo. Detenerse, interrumpirse, es algo así
como descansar, y esto querrá decir, quedarse quieto, evitar placeres
pasajeros. Aceptar lo que no me satisface para ser amado por quienes jamás
amaré, no alcanzará seguramente mi bienestar, si fuese posible en esta tierra. Este
descansar será desandar el camino recorrido, donde la angustia de a poco fue
siendo soberana. Freud define a la droga como "quitapenas", es común escuchar a
un alcóholico usar del trago como una manera de no pensar, de olvidar, de no
ser el que no puede soportar por la falta de placer y la imposibilidad de
realización que lo destroza, el vaso de alcohol, cambia su estado en el mismo
momento que lo pide. Los hombres saben que con ese “quitapenas” siempre podrán
escapar al peso de la realidad, refugiándose en un mundo propio que ofrezca
mejores condiciones para su sensibilidad. También sabemos, que es precisamente
esta cualidad del alcohol, la que entraña su peligro y su nocividad. El alcohol
facilitará escapar al dolor, a los sufrimientos, o a la angustia que impone el
vivir, sostenida la ilusión con anestesia.
Desde el Renacimiento hasta la
actualidad la literatura universal nos ha brindado muchas versiones del tema
del individuo que pacta con el diablo y arriesga su alma empujada por la sed
del saber. Fue el genio del poeta alemán Goethe, con “Fausto”, que dio el más
hondo significado al tema que estamos tratando. Así Fausto escapa de las manos
de Mefistófeles definitivamente para ascender bienaventurado al cielo en la
escena final.
Dice Goethe: “Cuando el hombre no es
conocido, ni puede ser pensado por el laberinto de su entraña, vaga durante la
noche”.
Lic.
Lucía Serrano – Psicoanalista
Consultar a los TE. 4-749-6127 – 15-5040-2292
consultorios Tigre y Cap.Fed.-Bs.As.Argentina
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