martes, 6 de octubre de 2015

PSICOANÁLISIS Y POESÍA
ADICCIONES – ALCOHOLISMO

                                                          “Mis camaradas de taberna desaparecen uno a uno,  víctimas inocentes del oculto golpe de la muerte. Todos fueron honestos bebedores, pero todos fallaron, dos rondas antes de la última, al no vaciar sus jarros.(Omar Khayaam - RUBAIYYAT)

En las adicciones hay un enmudecimiento del sujeto que por su acto silencia su palabra. Cualquier acto reiterado, lleva en su intención, ocultar nuestros interrogantes. Un ser lleno de preguntas que no encuentra respuestas. Repetir actos no es equivocarse, es más bien desconocer algo de nuestro psiquismo que nos tortura en su insistencia.
La causa de la repetición reside en la diferencia entre el placer obtenido y el buscado. Un cuerpo que no sabe lo que quiere, siempre quiere más. El exceso es habitual en el adicto.
El adicto ofrece su cuerpo a la muerte. El cuerpo en su enfermedad realiza una verdad concreta, un deseo imposible. El síntoma de ser un alcóholico, se forma como sustitución de algo que no ha conseguido manifestarse al exterior. Bajo el dominio del placer se repítelo desagradable. Lo que se repite es lo que no fue anteriormente placentero.
El objeto de estudio es el hombre y su historia, lo que le falta y lo que no le falta más allá de lo que logre por seguir buscando. Dirigir la cura no es dirigir la vida del paciente, por lo tanto los profesionales que asistan esta dolencia, no deberán esperar nada que el paciente no desee. Encontrar un estilo que de cuenta de la eficacia que acuerda con un sentido originario, no con convenciones sociales que hacen de un hombre una nada que acuerda con otra nada.
El objeto de la adicción pasa a formar parte concreta de la vida del adicto. Por ejemplo: el sujeto que tiene una impulsión a la bebida, está fijado a determinadas bebidas, tiene un vínculo y canaliza determinadas fantasías inconscientes en la botella y en todas las acciones toman, cómo y con quien y qué tipo de bebida eligen. Inicialmente el paciente pudo haber buscado nada más que consuelo, pero termina por usar o tratar de usar el efecto y esta dependencia en cierto momento se hace tan abrumadora como para anular todo otro interés.
Los alcohólicos  tratan de usar los efectos del alcohol, para satisfacer el arcaico anhelo oral que es al mismo tiempo anhelo sexual, una necesidad de seguridad y una necesidad de conservar la autoestima.
El origen y la naturaleza de la adicción no residen en el efecto químico de la droga, sino en la estructura psicológica del paciente. El placer logrado o la experiencia de placer, hace que la sexualidad genital, carezca para ellos de interés. Se quiebra la organización genital y se inicia una extraordinaria regresión. Los diversos puntos de fijación determinan cuales sectores de la sexualidad infantil pasarán a primer plano, y finalmente la libido queda transformada en una energía amorfa de tensión erótica sin características diferenciales o formas de organización.
La disposición a renunciar a toda forma de libido objetal, implica que estas personas nunca estimaron demasiado las relaciones de objeto. Se hallan fijados a una finalidad narcisista pasiva y solo muestran interés en el logro de su gratificación, nunca en satisfacer a sus partenaires.
Quizá la fascinación por la muerte, es la droga más antigua y básica de todas.
(continuará, así lo venimos haciendo, nuevas palabras marcan el rumbo de este transatlántico. 

Lic. Lucía Serrano – Psicoanalista
Consultorio en Tigre y en Capital

Pedir turno a los TE 15-5040-2292 y 4-749-6127

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